Explorar las islas en bici
Súbete a la bici y disfruta de la variedad de paisajes que ofrecen Noirmoutier e Île d’Yeu. Las dos perlas en el mar de la provincia de Vendée disponen de dos pistas accesibles para todos los públicos, con trazados minuciosamente estudiados.
Île d’Yeu: darle la vuelta siguiendo el gran bucle
Unas landas rasas, un horizonte despejado, unos dólmenes orgullosamente erguidos… Para darle la vuelta a Île d’Yeu desde Port-Joinville, la capital situada al Norte, empieza por la dinamizante costa Oeste. Sus calas y rocas escarpadas recuerdan los paisajes de Bretaña. Este es un circuito de 4 a 5 horas que conduce a la Pointe du But, al Gran Faro o al Viejo Castillo (que inspiró a Hergé en su Isla Negra). A mitad del camino podrás disfrutar de un alto encantador en el Puerto de la Meule. Está coronado por la capilla blanca de Notre-Dame-de-Bonne-Nouvelle, que hace pensar en la de las Cícladas. Después desfilan el minúsculo Port des Vieilles (puerto de las viejas), la Punta de los Cuervos y por último, la cara Este, donde se despliegan largas playas de arena típicas de la provincia de Vendée.
Noirmoutier: el paraíso de los ciclistas
Noirmoutier es dos veces mayor y posee 80 km de pistas para bicicletas. Estos se dividen en tres bonitos bucles que recorren distintas partes de la isla. El primero avanza por el Norte con la salida en el centro de la ciudad de Noirmoutier-en-l’île y suma 19 km que pasan primero por la reserva natural del Müllenbourgn para llegar al suntuoso bosque de la Chaise y después seguir por las playas hasta el puerto pesquero de l’Herbaudière. Regreso por el interior bordeando las marismas.
Marismas saladas, playas de ensueño y Paso del Gois
Para explorar las marismas saladas hay que tomar el bucle que pasa por el centro de la isla y que aproximadamente cubre la misma distancia. Aquí conocerás los pueblecitos de l’Épine, muy típico, y La Guérinière, con sus molinos y su litoral. Al Sur se encuentra el último itinerario que avanza alrededor del municipio de Barbâtre, que se estira ante las extensas playas. Párate unos instantes antes de cruzar el Paso del Gois una sorprendente carretera sumergida que, cuando baja la marea, permite llegar hasta el continente. Es una maravilla.
Por último, para los más valientes, existe un circuito de 30 km que recorre la isla entera.
¡A pedalear!