Les Gauletteries: unas bodegas sorprendentes
Aventúrate por Ruillé-sur-Loir (Sarthe) para conocer el asombroso Domaine des Gauletteries. En él se cultivan las exquisitas denominaciones jasnières y coteaux-du-loir. El lugar depara una buena sorpresa al visitante
Conocedores del vino del mundo entero aprecian estos vinos
Pero, ¿cómo es posible que este vino haya terminado en una mesa del Presidente francés o en un restaurante tailandés? Lo desconoce hasta el mismo Raynald Lelais, propietario del Domaine des Gauletteries junto a su mujer Francine y su hija Claire. “Lo que es cierto es que nos vienen a visitar muchos expertos en vinos de Francia, pero también de India, Japón y hasta de Estonia”. Su objetivo es hacerse con una botella de denominación de origen jasnières, que aquí madura en botellas escondidas en las cuevas excavadas en el tuffeau, la piedra blanca.
Notas aciduladas que se modulan con el tiempo
Aunque la AOC (denominación de origen controlada) se decretó en 1937, el jasnières estuvo a punto de caer en el olvido en los años 60-70, y ser sustituido por la cría de ganado o de cereales. Más tarde, en los años 80 volvió a recuperar brillo. Se trata de vinos cambiantes con “un toque acidulado los seis primeros meses, con notas de limón y pomelo, para después decantarse por la piña, redondearse e ir hacia la acacia, el caramelo, la almendra y hasta el albaricoque”, gracias en parte a la abundante presencia del tuffeau en el suelo. Esta bodega también produce el admirable coteaux-du-loir, de sabor especiado y pimentado, que a veces tiende incluso al clavo aromático.
¡Un museo enterrado!
El Domaine des Gauletteries está abierto a visitas y ofrece a los curiosos una cata de sus maravillosos productos en una bodega especialmente preparada, excavada en la piedra, que incluye una visita de las barricas. Los grupos podrán ir un poco más lejos y descubrir el fantástico Museo de Baco, situado en una galería subterránea, creado en los años 30, en el momento álgido de la explotación. Aquí se codean estanterías esculpidas en la roca, una extraña escultura del dios del vino, botellas desordenadas, fuentes, graffitis de 1890…
¡Esta bodega es un mundo aparte!